"DICHOSA EDAD Y DICHOSOS SIGLOS AQUÉLLOS A QUIEN LOS ANTIGUOS PUSIERON EL NOMBRE DE DORADOS, Y NO PORQUE EN ELLOS EL ORO, QUE EN ESTA NUESTRA EDAD DE HIERRO TANTO SE ESTIMA, SE ALCANZASE EN AQUELLA VENTUROSA SIN FATIGA ALGUNA, SINO PORQUE ENTONCES LOS QUE EN ELLA VIVÍAN IGNORABAN ESTAS DOS PALABRAS DE TUYO Y MÍO"

miércoles, 14 de enero de 2009

INVIERNO.


Cuando me he levantado hoy una espesa niebla se había apoderado de la Ciudad y lo primero que pensé fue en lo precioso, y su vez cruel, que es el Invierno. No me puedo quejar, pues mi personalidad algo romántica ama estos extraños fenómenos que ya plasmó en sus versos Espronceda o en sus pinturas Caspar David Friedich, cuya obra "El caminante sobre el mar de nubes" siempre me impresionó.

Nieve, lluvia, niebla, frío... el lado feroz y misógino de la Naturaleza nos lo muestra el Invierno de forma cruda, real y cruel. Pero no creamos que el Invierno es mentiroso, porque el Invierno, en mi opinión es la estación romántica, la estación de los recuerdos, de las imágenes inolvidables, de las montañas con las cumbres nevadas y de los carámbanos, largos y afilados, que ya gotean. Es la estación del vendaval, de la furia romántica que precede a esa calma que es la Primavera.

Es el momento de contemplar por la ventana y pensar acerca de la vida, del amor, de la felicidad, de nosotros, de ellos, de los demás... es el momento de escuchar la caída de la lluvia y de la nieve, una ruidosa, otra suave, de observar la luna rodeada de nubes, que se avalanzan sobre ella como soldados lujuriosos se avalanzarían sobre una princesa derrotada en su lecho de sábanas blancas, con un estilete. Todos esos momentos tiene su cabida en el Invierno, y más, amigo, si te gusta escribir, porque es el momento de tomar un café, con un chorrito de brandy los aventureros, encender la calefacción, echarse una manta gruesa por encima de las entumecidas piernas, y ponerse a escribir. Y así, gracias al Invierno, viajaremos a través de los desfiladeros que separan los párrafos y disfrutaremos de ríos de tinta amarga.

8 comentarios:

party_girl dijo...

bonito paisaje :))

Arantza G. dijo...

No me cabe ninguna duda que te gusta el invierno. Tu relato es totalmente romántico.
Mira que a mí el invierno me pone de mal humor...y al leer este relato no sé, me he sentido arropada por un manto de nieve blanca.
Creo que es precioso lo que has escrito. Y hay expresiones que me han encantado.
Un beso.

AlbertoEstévez dijo...

Gracias por tu comentario y tu opinión Party_girl, yo también opino que es un bellísimo paisaje.

AlbertoEstévez dijo...

Has acertado Arantxa, el Invierno me apasiona porque me gusta contemplar la vida a través de una ventana indiscreta -y no, no soy un cotilla, sino un poco observador, como lo fue Edgar Degas-. Quizá por eso también me guste el Verano.


Un beso Arantxa, y gracias por tus comentarios!!


alberto!

BLQ dijo...

disfruta de este invierno, pues cada vez quedan menos tan rómanticos, nevosos y fríos como el que vivimos.

AlbertoEstévez dijo...

Tienes toda la razón Eloi, cosas del camvio climático, aunque algunos se nieguen a aceptar que éste existe.



un abrazoooo!!


alberto!

Lydia dijo...

Si tanto te gusta el invierno te invito a ir al Canadá, donde viví allí 30 años y donde he decidido volver dentro de dos años, definitivamente. Allí hay una expresión que dice lo siguiente: "Mi pais no es un pais, mi pais es el invierno." Implacable y duro, con el viento del Norte, el invierno es la presencia primordial de aquel mi pais. Y con sus consecuencias terribles. Y el invierno nos hace, nos modela, y así yo puedo decir de mi misma que soy una persona Nórdica. Y esto gracias al invierno.

Disfruta del invierno aqui, que es suave como es la primavera allá. Estamos en pleno cambio climatico y tendreis, los españoles, más y más inviernos. No es negativo: el invierno permite entrar en si mismo, recogerse, meditar. Encerrarse para dormir y reflexionar. Es la estación de la interioridad, a mi tambien me gusta. Allá, en Canada, donde hace 40 bajo zero, es la estación de la soledad. De los grandes espacios blancos. De los desiertos de cristal. Bello, magnifico e implacable es el invierno.

Un abrazo amigo poeta,

AlbertoEstévez dijo...

Me ha encantado tu comentario Lydia, porque lo que dices es tan real... Tu también debes adorar el Invierno como para irte a vivir a Canadá, un país que me encantaría visitar y que sin duda algún día lo haré.




un abrazo!!


alberto!